Un estudio de Maria Robles, Psiquiatra
La sordera o discapacidad auditiva hace referencia a la pérdida o anormalidad de una función anatómica y/o fisiológica del sistema auditivo, y su consecuencia es una discapacidad para oír, lo que se traduce en dificultades en el acceso al lenguaje oral.
Las personas con discapacidad auditiva deben diferenciarse en si adquirieron la sordera antes (sordera prelocutiva) o después de aprender a hablar (sordera postlocutiva) puesto que sus características y su evolución son muy diferentes, además de presentar características de comunicación muy dispares: pueden comunicarse en lengua oral, mediante lectura labial o mediante la Lengua de Signos. Además, muchos sordos utilizan ayudas para la audición, como pueden ser audífonos o implantes cocleares. (1)
Antes de exponer cuáles son las principales patologías psiquiátricas que presenta este colectivo, cabe destacar que la pérdida de la audición no causa alteraciones psiquiátricas por sí misma sino que conduce a problemas en la comunicación, y son los problemas en la comunicación los que pueden llevar al aislamiento de estas personas para intentar evitar situaciones sociales, y es este aislamiento el que genera clínica de la esfera psiquiátrica.
Los datos de las recientes investigaciones sobre la salud mental en adultos sordos prelocutivos muestran que este colectivo tiene una mayor probabilidad de ser diagnosticado de trastornos de personalidad, trastornos adaptativos o de comportamiento y trastornos de somatización. Contrariamente a lo sugerido en las primeras investigaciones, presentan la misma probabilidad de sufrir esquizofrenia, trastorno de personalidad paranoide y depresión. (2)
Tal y como se recoge en este artículo (3), entre las posibles causas de psicopatología en las personas sordas, la literatura menciona una serie de características cognitivas y emocionales propias, que inciden desde su nacimiento y que pueden influir en su mayor vulnerabilidad a padecer una enfermedad mental:
- Carencias en el vínculo padres-hijo: el 90% de las personas sordas nacen de padres oyentes, pudiendo existir dificultades en el vínculo entre ambos. Por ello, la primera vivencia de aislamiento ocurre en la propia familia de origen.
- Dificultades de interacción: la barrera comunicativa juega un papel crucial en el desarrollo de habilidades de socialización, viéndose ésta afectada desde la infancia temprana.
- Desarrollo social y emocional: la deprivación conversacional tiene implicaciones en el desarrollo de una adecuada competencia cognitiva-social que puede llevar parejas dificultades para controlar sus impulsos, para desarrollar un adecuado autoestima, incapacidad para reconocer y expresar emociones y sentimientos, para desarrollar empatía, para evaluar afectos o emociones que resultan de ciertos actos (4).
- Sobreprotección parental o “sobrecontrol comportamental”: la familia de los niños sordos suele presentar una dalta de percepción objetiva de las capacidades erales de estos niños y tiene tendencia a limitar su autonomía dificultando y limitando así su desarrollo. Se ha publicado que estas familias presentan actitudes de sobreprotección tales como: limitar la realización de actividades, bajo nivel de exigencia académica, poco rigor en la aplicación de normas… y también se ha señalado que los niños sordos reciben menos explicaciones de su familia respecto a la razón de sus acciones y sus consecuencias, estados de ánimo… que las personas oyentes de su misma edad.
- Errores diagnósticos: la exploración psicopatológica debe ser realizada en el registro de comunicación habitual del paciente, por ello en ocasiones deberá ser realizada en Lengua de Signos. Los problemas de comunicación o la ausencia de comunicación directa entre el paciente y el profesional se correlaciona tanto con infradiagnóstico como con sobrediagnóstico.
Muchos estudios realizados en población sorda explican la existencia de una estrecha relación entre la sordera y la aparición de estados psicológicos concretos, como la angustia, la ansiedad, la soledad o la depresión.
Un reciente estudio (7) realizado para identificar las principales enfermedades psiquiátricas diagnosticadas en los personas sordas indicó que la ansiedad fue el trastorno mental más frecuente, seguido de la depresión.
Entre el 50% y el 70 % de la personas diagnosticadas de esquizofrenia con sordera profunda refieren experimentar alucinaciones visuales y táctiles, un porcentaje mucho mayor que las personas oyentes con el mismo diagnóstico (solo 5-15%). Además señalan que van acompañadas de alucinaciones auditivas en la misma proporción que los oyentes. (5,6).
Referencias:
- Hindley, P.; Kitson, N. (1999). Mental Health and Deafness. Ed. Wiley (1 edition).
- Ohre B., Von Tetzchner S., FalkumE. (2011) Deaf adults and mental health: a review of recent research on the prevalence and distribution of psychiatrics symptoms and disorders in the prelingually deaf adult population. International Journal on mental health and deafness. Vol 1, no 1.
- Olazabal Eizaguirre, N.; Pousa Rodríguez, V.; Sesma Pardo, E.; Fernández-Rivas, M. A. y González-Torres, M. A. (2002). Experiencias en salud mental y sordera: una perspectiva desde la puesta en marcha de una unidad.
- Perner, J., Ruffman, T., y Leekam, S. (1994). Theory of mind is contagious: you catch it from your sibs. Child development, 65, 1228-1238.
- Lusich A. Alucinaciones verbales en pacientes psicóticos sordos. Alcmeon. Rev.Argentina Clínica Neuropsiquiátrica.2011.16(Supl4).327-51.
- Gonzalez AF, Rullas TM, Alucinaciones auditivas en personas sordas con Trastorno mental grave. Atopos.2012.Sept (13) 39-49
- Martínez Castillón, J.;Oliván, J. A. (2015)o. Enfermedades mentales en adultos con deficiencia auditiva. Universidad de Zaragoza, Facultad de Medicina.
- Muñoz Bravo, J. (2006). Sordera y salud mental: la psicología frente a la deficiencia auditiva. INFOCOP on-line.