Con lágrimas en los ojos, María (nombre ficticio dado para preservar su intimidad) se dirige a su madre intentando comunicarse con ella, algo que ahora le resulta extremadamente complejo, ya que desde hace tres meses uno de los elementos externos del implante coclear que le pusieron hace dos años no funciona. Como esta niña de apenas nueve años de edad, al menos una docena de personas solo en la isla de Tenerife llevan meses esperando que la Consejería de Sanidad resuelva el procedimiento que permitirá financiar el arreglo de su dispositivo. Este está diseñado para producir sensaciones

auditivas útiles en una persona con hipoacusia neurosensorial de severa a profunda, mediante la transformación de las ondas de sonido en señales eléctricas que se transmiten al nervio en el oído interno.

Los principales beneficiarios de esta tecnología son pacientes adultos con una hipoacusia de severa a profunda que han perdido la audición cuando ya han desarrollado el habla; o niños que al nacer no pueden oír y necesitan tener audición para poder desarrollarla.

Según denuncia la asociación que engloba a las familias y usuarios de implantes cocleares en Canarias (Aiccanar), en el año 2012 se revisó el catálogo de prestaciones del Sistema Nacional de Salud, que incluía la financiación de los implantes y la renovación de los elementos externos. Dos años antes, sin embargo, una instrucción de la Consejería de Sanidad ya daba cobertura a las personas con estos dispositivos, aunque en la práctica dicha instrucción “no se estaba aplicando”. “Nos pusimos en contacto con el Servicio Canario de la Salud (SCS) para que redujera los trámites y aprobara una nueva instrucción más clara”, expone el presidente de la asociación, Juan José León. Tras casi cinco años de batalla, en enero de 2015 la Consejería publicó una nueva instrucción -a la que ha tenido acceso este periódico- que mejoraba la de 2010 y reducía los procedimientos para renovar tanto los procesadores como los elementos accesorios (bovina, cable, micrófono y procesador). “Para solicitar las reparaciones de los procesadores y la renovación de los mismos si dejan de funcionar o están descatalogados, nos dirigimos al Hospital Materno Infantil de Gran Canaria, y la respuesta está en 48 horas, porque el funcionamiento de la unidad es impecable”, subraya Juan José León, quien asegura que el problema viene en la cobertura del mantenimiento del implante, que “también está expresamente recogido en la instrucción”. Dicha cobertura se tramita y ejecuta a través de la Dirección de Área de cada isla, un proceso que según la asociación de implantados sólo se está aplicando con normalidad en Gran Canaria.

“En Tenerife hay al menos una docena de solicitudes que están pendientes de respuesta desde hace más de seis meses”, recalca Juan José León. “Eso significa que varios niños y adultos llevan todo ese tiempo sin poder oír, porque se trata de familias que no pueden costear la reparación de los elementos averiados”. “El 80% de los usuarios de estos implantes en Canarias son menores y adolescentes en edad escolar”, denota el presidente de Aiccanar, quien recuerda que cualquier avería en el dispositivo hace que la persona se quede “totalmente incomunicada”.

 

Un servicio pionero


El programa de implantes cocleares puesto en marcha por el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria en 1991 es uno de los más importantes de Europa, y así ha sido reconocido con diversos galardones a nivel internacional. Sin embargo, “la Administración sanitaria parece no estar a la altura de sus profesionales”, insiste Juan José León, que recuerda que hay muchas familias en las Islas que no tienen recursos para poder pagar las reparaciones, que en la mayoría de los casos superan los 1.500 euros. “Muchos niños están teniendo problemas psicológicos, porque llevaban años oyendo bien y de buenas a primeras se han quedado incomunicados. Y también hay menores que están operados de los dos oídos y solo están oyendo por uno porque el otro controlador está estropeado”, agrega.

La única contraindicación del implante es la ausencia congénita de oído interno, pero, aun en esos casos, el Hospital Insular Materno-Infantil de Las Palmas es pionero en la estimulación cerebral. El centro grancanario realiza unos 60 implantes cocleares al año, cada uno de los cuales tiene un coste de unos 20.000 euros. El servicio que dirige el doctor Ángel Ramos es el segundo del país que ha sido acreditado por la Sociedad Española de Otorrinolaringología y el Instituto Carlos III como centro formador de capacitación profesional en el área de Otología, la ciencia médica de las enfermedades del oído.

 

Fuente: Diario de Avisos